Invertir en educación: una necesidad post- pandémica

La pandemia de COVID-19 continúa devastando comunidades y poniendo a prueba los sistemas educativos de todo el mundo.

La evidencia de las encuestas de la Internacional de la Educación sobre el impacto de COVID-19 en la educación muestra que las brechas de equidad y calidad se han ampliado debido a la pandemia (ver, por ejemplo, aquí y aquí).

En muchos países en desarrollo, se ha producido muy poco aprendizaje durante el cierre de las escuelas, principalmente debido a la brecha digital. Por ejemplo, muchos países africanos carecen de infraestructura y herramientas digitales básicas para proporcionar una enseñanza y un aprendizaje en línea eficaces.

Por supuesto, se han probado iniciativas de radio, televisión y otras, pero ninguna de ellas ha sido suficiente para cumplir el derecho a una educación de calidad para los estudiantes más marginados, incluidos los niños rurales, los discapacitados, los migrantes y los refugiados. Las niñas se han visto afectadas de manera desproporcionada por la pandemia y existe un riesgo real de que muchas de ellas no regresen a la escuela debido al embarazo, el matrimonio precoz, el trabajo infantil y otros factores.

La evaluación de 2019 de la IE sobre el progreso hacia el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 de las Naciones Unidas sobre educación de calidad mostró que el mundo estaba fuera de lugar. Desafortunadamente, la situación ha empeorado desde entonces debido al COVID-19, y la perspectiva de alcanzar el ODS 4 para 2030 es aún más sombría ahora que nunca.

La pandemia ha dejado al descubierto y exacerbado los desafíos existentes que afectan a los sistemas educativos de todo el mundo. La recuperación total y el progreso sustancial solo pueden lograrse si los gobiernos y la comunidad internacional empieza a invertir en educación de calidad inclusiva y equitativa para todos.

La Semana Mundial de la Educación para la Educación (GAWE) de este año brinda una oportunidad para que los educadores y sus sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos de estudiantes y defensores y activistas de la educación se unan para pedir más y mejor financiamiento para la educación.

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